Ya dije que fui gordita en una parte de mi niñez. Ahora estoy bien de peso, tengo unos kilos de más pero dentro de todo estoy bien.
A pesar de que ya no soy gorda en apariencia, siempre lo seré en mi interior. Esto puede ser demostrado empíricamente en diversos aspectos.
-Para todo el mundo el sentido del olfato es un poderoso catalizador de recuerdos. En mi caso el del gusto también. Soy una persona bastante amnésica, pero muchas de mis primeras memorias están ligadas a comidas y viceversa. (nunca olvidaré la banana bañada en chocolate que comí en un club cuando tenía 5 años).
-Soy de acotar que un nombre o una palabra me hacen acordar a otra cosa. ¡Y muchas de mis relaciones son alimenticias! (mateo, orégano, silvana, palito de la selva) ¿Qué pasaría si un psicólogo me quiere hacer un ejercicio de asociación libre?
-Cuando alguien se me acerca con un bulto misterioso dentro de un envoltorio simpre pregunto o tengo ganas de preguntar: "¿Es algo para comer?"
-Me es muy difícil negarme a las cortesías de tipo comestible, aún a pesar de que no me guste la cortesía en cuestión. Si me traen una galleta con el café, la voy a querer probar aunque no tenga ganas y sea de una semana atrás.
Pintar es un juego serio
Hace 3 meses
4 comentarios:
y a los comentarios les pusiste "bocadillos"...
jajaja, me olvidaba de esa!
es que estas cosas están muy incorporadas a mi.
Cada vez que escucho a alguien hacer ruido con un papel alargo el cuellito para ver si se trata de algún caramelo, golosina o derivados, cuando es otra cosa vuelvo a lo que estaba haciendo diciendo "ufa, pensé que era... (un chocolate, galletita, sugus, etc.). Y, cada vez que como un volcán de chocolate, cierro los ojos y declaro que me siento feliz. Siempre. No estás sola, Libreta.
es verdad!!! esa también la hago!
me encanta no ser la única.
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