martes, 26 de abril de 2011

Enojos

Quiero dejar de enojarme cuando en el subte la gente me bloquea el paso, o no se acomoden bien en los vagones. Quiero no poner cara de culo cuando en la calle tocan mucho la bocina.
Quiero no refunfuñar más en la oficina cuando no me alcanza el tiempo. Cuando pasan muchas situaciones molestas juntas como que no ande la impresora o esté trabado el ascensor, no quiero pensar que el universo está complotado en mi contra.
Quiero dejar de enojarme con otros compañeros porque no hacen lo que a mi me parece.
Quiero no tener ganas de ponerle cara de adolecente fastidiada a mi mamá cuando hace ciertas cosas.
Me gustaría no quejarme más, o por lo menos muchísimo menos. Atravesar las incomodidades diarias con más paciencia, elevar el umbral de la frustración, sonreír más, tensionarme menos. O para arrancar, al menos sentir la bronca pero no exteriorizarla. Eso ya es algo.
Es difícil pero lo voy a empezar a intentar con más intención, valga la redundancia.

3 comentarios:

S dijo...

ja! A mi me pone loca y pienso que el mundo está en mi contra cuando llego un segundo tarde a la parada del colectivo y lo veo irse...
De todas maneras el acumulamiento (?) de bronca es contraproducente, yo que vos me hago de un punching ball y chau pichi.

giraenvano dijo...

Guarda con guardarse la bronca.
Es posible no enojarse.
No es fácil pero es posible.
Suerte en el intento.

Libreta de flores dijo...

Si, estoy de acuerdo en que no es bueno guardarse la bronca. Me refería más a esas boludeces diarias de las que uno se queja sin darse cuenta y no molestan tanto.