Montevideo

El fin de semana largo nos fuimos con dos amigas a visitar a otra que vive en Montevideo. Fueron 3 días muy lindos. Nos damos cuenta de que no nos reimos tanto como antes, no estamos tan eufóricas como cuando más jóvenes, y a veces eso nos pesa porque sentimos que quizás no estamos disfrutando tanto de la vida. Pero creo que encontramos placer en otras cosas, en la charla, en los silencios, en valorar los momentos juntas. Me gusta ser mujer, me gustan las conversaciones íntimas que se generan cuando nos juntamos. A veces me da envidia la sencillez del hombre, pero a su vez disfruto de esos análisis intrincados de situaciones y sentimientos en los que nos embarcamos cuando estamos en grupo. Me gusta ser del género que se reune alrededor de una mesa de cosas ricas como excusa para seguir hablando mientras ellos juegan deportes (aunque también me dan un poco de envidia). En fin, me gusta ser mujer, me gustan mis amigas y me gusta Montevideo, que es amigo de las charlas.

Hoy salí a correr. Por primera vez en mi vida adulta....le tenía aprensión a correr desde el colegio, me acuerdo que me dolía el bazo y era un martirio.
Pero tenía muchas ganas, me tentó mucha gente que habla maravillas de esta actividad y necesitaba descargar.
Me encantó. Me sentí bien, me dio endorfinas, terminé relajada pero energizada a la vez. Después llegué a la casa y me puse a bailar. Cada vez me doy más cuenta de lo importante que es mover el cuerpo. Por tantas razones.
Tengo ganas de hacer algo hoy a la noche pero creo que no voy a tener con quien. Tengo que empezar a rebuscármelas con la soltería que es complicada los fines de semana.
Todavía no activé mucho por ese lado.

Proyectos

El domingo fui al cumpleaños de 2 años del hijo de una de mis primas.
A mi alrededor, TODAS parejas con hijos. No es una exageración, las únicas solteras éramos mi hermana y yo.
Automáticamente apareció el viejo y conocido nudo en la garganta.
Antes de estar de novia mis amigas todavía no proyectaban casarse, la mayoría de mis primos todavía no tenía hijos.
El año pasado se casaron 5 de mis amigas, una tuvo un hijo, varios de mis primos también, y ahora que estoy sola de pronto eso me pesa como una piedra.
Qué cliché que soy, me acerco a los 30 y me agarran estas cosas.
Mi amiga que vive en Alemania dice que en Europa no pasa tanto como acá eso de que a cierta edad la mayoría de la gente pasa por la misma etapa y los demás sienten como que se quedan afuera.
No quiero tener en la cabeza estos mandatos que no se ni de donde vienen. No me quiero hacer cargo.

Terraza

Mi "cuarto" da a una terraza. A la mañana me despierto con mucho cielo, vista abierta, pajaritos.
A la noche estuve viendo ¡la luna! desde la cama, y estuve recibiendo vientitos veraniles deliciosos.
Me trae una sensación de vacación. De esto no me puedo quejar.
Ojalá pueda disfrutar de esta etapa de transición y después la mire como un lindo recuerdo.

Oscuridad

El fin de semana que pasó fue para mi muy movilizante.
Una discusión fuerte con mi mamá me llevó a hurgar muy profundo en mi relación con ella, en su forma de ser madre, me removió enojos y emociones intensas, me hizo sentir mucha lástima por la chiquita que fui y sigo siendo, me hizo golpearme de nuevo como contra un vidrio con el hecho de que ella no puede entender nada de eso, y no puedo esperar que actúe de otra manera. Es la que me tocó y no puedo sino aceptarla.
A veces pienso que tengo que seguir excavando, y examinando y revolviendo hasta encontrar lo más oscuro de mi centro para sanar. Y a veces pienso que no, que tengo que empezar a disfrutar, y relajarme, y dejar de dar tantas vueltas con mi cabeza.
Creo que no tengo que pensar tanto y dejarme fluir.