martes, 26 de agosto de 2008

Tecito

No me gustaba el té. A veces lo tomaba porque me agradaba el concepto, pero el sabor no me convencía. El negro decididamente me caía pésimo, los digestivos me parecían amargos, el verde muy ácido, los más soportables el tilo y la manzanilla.
Hay ciertas bebidas o alimentos que aportan más que su sabor, a veces porque reconfortan, o se acompañan de rituales, evocan recuerdos, fomentan lazos sociales, como en el caso del mate.
En la etapa en la que estoy necesitaba el té, o en realidad el tecito, "la calidez reconfortante de un tecito caliente", decía la publicidad de Vic. Por otro lado estoy tratando de no tomar mate ni café, no necesito incrementar las dosis de ansiedad.
Así que redescubrí la infusión de jengibre. Es deliciosa y tiene la cantidad justa de picor (me encantan las especias). Aparte tiene otras propiedades y es energética y oriental por excelencia.
El paso a paso sería: cortar la raíz de jengibre en finas rebanadas de esta manera, colocarlas en un recipiente con agua, si la cámara me acompaña llevar el recipiente a fuego fuerte hasta que hierva, bajar el fuego y esperar a que el agua tome la coloración y sabor esperados, mmh? Así es. Finalmente, a ver, señor director, le agregamos miel, cantidad necesaria.
Es muy muy fácil y muy muy rico.
Y me encontré con una infusión en saquito que también tiene jengibre. Se hace la zen de un modo puntadelesteano, pero sabe bien y más fácil de hacer.
Se llama Chamana y es la del paquetito rosa, tiene más ingredientes como rooibos, canela, ciruela, miel e higos.
No se sienten todos (quién sabe si los tiene), pero es ciertamente gustosa.


¿Qué gustan para beber?

11 comentarios:

Anónimo dijo...

amo el té, todos, odio la yerba mate saborizada, es lo peor que podes ofrecerme. el mate a veces lo tomo con jengibre y queda buenisimo. el cafe siempre huele mejor de lo que sabe. un amigo me trajo una infusion de roibos de españa, (parece que es lo que se usa) Me encantó la propuesta de la infusion, la voy a preparar.

Diego dijo...

Ah, yo soy un gourmet del mate. Casi siempre amargo, Cruz de Malta sin despalar. Y en verano: el tereré de mandarina o pomelo, infaltable.

Paola Florio dijo...

Amo el té. Cuando me fui a vivir sola una de mis amigas me regaló una cajita de madera y siempre tengo variedad de gustos así que si venis a mi casa te tomás un té seguro... Un beso!!

Personas en la sala dijo...

Hay uno que viene en saquito que tiene cardamomo, gengibre y canela, es riquísimo! Aunque siempre es más lindo agregarle las especias una misma, saludos!

Libreta de flores dijo...

viqui, a mí me encanta el café, lo extraño. prepara la infusión que te va a gustar.

diego, ¿qué son esas fotos que dejaste? ¿el de la primera sos vos?
¿tanto mate es la fórmula para tener ravioles?

capi, elegir entre variedades de té de la caja es parte del ritual que me fascina.

cande, mmm cardamomo, pasame la marca que lo quiero probar, estoy en plena etapa experimental en lo que al mundo del té concierne.

Personas en la sala dijo...

Inti-Zen, sí, la marca es un engendro con intenciones espiritualosas, pero el té es riquísimo, hay otro de té verde con naranja y no sé qué otra cosita, un néctar.

Diego dijo...

Soy yo en las dos. La fórmula es más que simple: gimansio, natación y dieta (más o menos) balanceada. Pasa que todo el mundo prefiere las fórmulas mágicas, que son más fáciles, pero tienen la desventaja de no funcionar.

Libreta de flores dijo...

ah sí, chamana es de la misma gente que hace inti zen, ambos palermo yoguis.
y me confundí, no era el paquetito rosa sino el rojo.
cande, muy positivo que contestaste, siempre hago preguntas a los comentarios que no son respondidas.

Libreta de flores dijo...

diego, como no estoy cazando las sutilezas voy a creer que es verdad. me pareció muy gracioso que hayas puesto el antes y el después, cual publicidad de amerilab pero con tratamientos reales.
enhorabuena por los ravioles. (no puedo parar de decir ravioles, a veces cuando odio algunas palabras me parecen irresistiblemente divertidas).

Diego dijo...

Nunca había escuchado lo de ravioles, pero se aplica bastante bien al asunto. Sería divertido escribir un tratado de anatomía con todas esas formas de nombrar las partes del cuerpo (por ejemplo jeta, naso, coco, por nombrar las más decorosas).

Libreta de flores dijo...

me encantó la idea, ponela en práctica que yo hago aportes.